Era obvio que algún día me iba a cagar toda. No podía vivir metida en el bosque de la Bella Durmiente, en donde los pajaritos de colores volaban a mi alrededor mientras yo me extendía por la casa cantando.
Hay días bastante... jodidos. 3 AM, insomnio, ojos cual dos de oro y empezas a darte manija.
Te pones una peli cómica para distraerte pero te vuelve la jeta de Emily Rose contorsionada al costado de la cama, o flasheas que te aparece alguien del más allá para retarte por algo. Estamos jodidos.
Soy macho! Vamos, no hay porque temer! Women at the power! (Como dice mi lata de galletitas)
Pero remontandome al título de mi posteo de hoy, una querida amiga me regaló un texto muy lindo que quiero compartir.
Ya que hablamos de monstruos...
Falla de seguridad
"Todos tenemos un
monstruo o un fantasma adentro que no nos gusta, entonces creamos un sistema de
seguridad para que no se note. Mantenemos el monstruo agarradito para que no
salga ni se vea. Pero a veces el sistema de seguridad falla y el monstruo
ingresa, y ahí quedamos expuestos.
A veces eso que tanto queremos ocultar
queda a la vista y nos avergüenza. Nos sentimos desnudos, sentimos que todos ven
lo que en verdad somos, y somos algo que odiamos.
Como si hubiera un Mr. Hyde
en nosotros, como si el verdadero ‘yo’ fuera otro, y eso asusta. Nos asusta que
falle el sistema de seguridad, que Mr. Hyde se desate y haga alguna
locura.
Vivimos alertas, atentos, vigilando el monstruo. Y así creamos
mecanismos, defensas, nos aislamos, todo para que ese supuesto monstruo no salga
a la luz.
Cualquier cosa que nos saque del lugar seguro nos da miedo. Nos da
miedo lo nuevo porque puede provocarnos cosas desconocidas. Odiamos a nuestro
monstruo porque desea justamente las cosas que nos dan miedo. Queremos esconder
a toda costa esa parte nuestra, esos deseos que nos inquietan.
Son deseos que
supuestamente no tendríamos que tener y nos esforzamos por reprimir. Son deseos
que nos dan culpa, vergüenza. Deseos que van en contra de la moral, de lo que
debe ser.
Nos odiamos cuando nos dominan las pasiones. Nos odiamos cuando
todos ven eso que queremos ocultar. Odiamos las fallas de seguridad, esos huecos
que nos desnudan y muestran nuestras miserias. Pero la verdad es que a todos nos
pasa lo mismo, todos tenemos un monstruito adentro ¿y sabés que hay que hacer
con eso? Reírse de él. Ridiculizarlo, perderle el respeto y el miedo. Reírnos de
nuestras cosas oscuras.
Aceptar quienes somos, reírnos de nuestros miedos.
Ridiculizar nuestros fantasmas. Reírnos a carcajadas de nuestras miserias.
Permitirnos ser quienes somos y desear lo que deseamos. Bajar las defensas,
aceptar las fallas de seguridad, y dejar que Mr. Hyde salga, porque en
definitiva ese monstruo es también quien somos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario